Camuflaje para la sobrevivencia- caminar es poner en crisis un discurso vigente.

Ensayo

Hace poco estuve leyendo "Repensando el Apocalipsis: Un manifiesto anti-futurista indígena“ (1). Este escrito comienza cuestionando cómo nuestra imaginación política se preocupa principalmente por imaginar el fin del mundo y no el fin del colonialismo: "Vivimos el futuro de un pasado que no es el nuestro", escribieron.

Hoy en día, debido al multiculturalismo y la globalización, es casi imposible "regresar" a un pasado que podamos experimentar como nuestro. Finalmente, la historia nacional se escribe como una propaganda política para el beneficio de unos pocos, o al menos así es como he experimentado la narrativa de la historia como parte de mi identidad. Pero el contenido de la cita sigue siendo poderoso para mí, me recuerda la relevancia de prestar atención al presente, a fin de imaginar qué estrategias y herramientas podemos usar para obtener agencia para un estilo de vida más sostenible y equilibrado.

Caminar es una práctica que puede ayudarnos a comprender el tiempo presente. En cierto modo, puede ser una herramienta de descolonización o incluso una estrategia aplicable en ciudades donde la planificación urbana no ha considerado los estilos de vida de los peatones porque el objetivo principal del "progreso" se basa en la producción de máquinas como extensiones de nuestros cuerpos. En mi práctica, he estado usando el acto de caminar como una herramienta metodológica para aconsejar a los profesionales del arte que vienen a la Ciudad de México a desarrollar investigaciones artísticas. Caminar les ayuda a reubicar sus preguntas y práctica artistica en relación con una ciudad que, como la mayoría de las ciudades, tiene sus propias preocupaciones y lógicas. Al caminar, pueden aprender a crear un diálogo dentro de su contexto actual en lugar de imponer ideas preconcebidas sobre México y sus alrededores.

Caminar también me ayuda a curar arte cuestionando las lógicas del cubo blanco. En cierto modo, caminar es una herramienta que me sirve para descolonizar mi propia formación académica al desafiar las formalidades de una experiencia artística occidentalizada, que la mayoría de las veces exotiza el día a día de la vida latinoamericana.

Caminar como práctica para casi cualquier persona, puede traer de vuelta lo somático como fuente de conocimiento.

Cover zu Caminar

1. Caminar es poner en crisis un discurso vigente

Un día después de que se festejara en México el día de la Raza el primer éxodo mediatizado de migrantes centroamericanos inicia una travesía a pie con destino a Estados Unidos. Durante octubre del 2018 en la Ciudad de México, la experiencia del andar encuentra espacio en un enunciado corporal y colectivo que reclama otra narrativa y que necesita enfrentar un petardo de gas para poner en crisis un discurso vigente sobre la explotación, el hambre, y la otredad en el siglo XXI.

Caminar hoy en día se ha vuelto una forma de re-acción, una especie de habla que se articula desde el cuerpo de un éxodo, pero también desde la experiencia personal que brinda ese desplazamiento y todo lo que se atraviesa en su camino (1)  el artista Richard Long entiende sobre el potencial de la caminata y su recorrido, pero se imaginaba poco que este desplazamiento se puede vincular con un ejercicio de ocupación asociado a un éxodo, que a su vez, también resulta en un ejercicio crítico en días globales.

Caminar implica usar la mirada desde la motricidad del resto de las partes del cuerpo. Lo visual se devuelve a lo espacial como un instrumento para entender la habitabilidad, el agotamiento de las cosas, y el agotamiento de nosotros mismos en ellas. Caminar hace que la mirada retorne a lo sensorial del cuerpo: Aprender a mirar también con el movimiento y con otros sentidos que usamos mientras nos desplazamos en el andar.

Usar el cuerpo como instrumento para mapear un lugar, para habitar otras formas de entendimiento que dialoguen más con nuestras afectaciones diarias, puede darnos otra experiencia sobre el espacio y sobre todo lo que sucede en él y lo que lo atraviesa. Tener mi cuerpo frente al tuyo, en oposición o concordancia, en baile continuo o en evidencia, es aprender a hablar desde las posiciones espaciales, políticas y sociales entre humanos cohabitentes de un lugar.

La cualidad cambiante que brinda la posibilidad del desplazamiento, de la caminata, me ha servido también para aprender a escuchar y a reconocer mis preguntas como investigadora y para reconocer una parte de mí en movimiento dentro de cierto contexto. Me ha ayudado a aprender a habitar mis propias contradicciones y a intentar producir conocimiento desde lo cotidiano.

La transurbancia como método de caminata en la deriva urbana supone deambular por todo tipo de espacios. La transurbancia trasladada a la práctica artística es una herramienta útil para hablar sobre todo lo que circula alrededor de lo contemporáneo, para darle espacio a los desbordes, y para entender, desde otro punto espacial, los límites epistemológicos que existen entre disciplinas, temporalidades, metodologías, modos de hacer, ver, experimentar y consumir arte.

Cuando uno transurba también aprende a re-escribir; es una práctica de lo multiverso. En la escenade los espacios independientes dedicados a la práctica artística en la Ciudad de México el desplazamiento de una caminata transurbana resulta parecido a un organismo mutualista. Es un injerto que permite la transferencia de energías, códigos y conocimientos. Se vuelve materia híbrida, bastarda y mesitza, que resulta útil para poder habitar nuestras propias contradicciones como practicantes del arte y como habitantes globales.

2. Habitar las contradicciones

Bajo la lógica de la hibridez/injerto algunos hemos encontrado una especie de utopía semi-funcional. Colectivos de arte que existen desde la transurbancia y desde el mutualismo como modelo de supervivencia, pero también como método de investigación.

¿Cómo opera el arte sin paredes dónde contener la obra? ¿Cómo otras disciplinas pueden informar a la práctica artística? ¿Cómo la práctica artística informa a la investigación curatorial y viceversa?(2) Mi acercamiento a la curaduría también proviene, en gran medida, de la caminata. Me interesa desaprender la idea de espacio para corporeizar el espacio. Caminar se ha vuelto una práctica de reconocimiento de cierto territorio físico pero también epistemológico:

 - Bailar en espacios para re-situarme en el espacio mismo, para entender la presencia de una obra o proceso frente a mi

 - Intentar ir en contra del instinto curatorial de explicar las cosas, para en cambio, pensar junto con los artistas a la par que hacen sus investigaciones (3)

La curaduría, igual que la caminata, también es una forma de escritura, es un proceso de vinculación y cambio. Igual que cuando uno camina por una misma calle cierto número de veces, al final se aprende a re-escribir cierto recorrido. La re-escritura como proceso físico y mental se convierte en un proceso de cambio sobre el campo semántico de algo, una especie de traslado para un cierto cambio de trayectoria y significados. ¿Cómo una palabra puede significar tantas cosas distintas, en temporalidades unísonas? Nveces lo mismo, en nveces de espacios.

Aprender a habitar esta contracción me ha servido para pensar lo cotidiano como una consigna de método. El contexto nos habla y nosotros si queremos deberíamos aprender a dialogar con él (4). El desplazamiento y la mirada en movimiento, me han hecho entender a la curaduría como una forma de investigación que, si bien no termina por ser arte, permite problematizar y contextualizar ciertas prácticas artísticas y también hacer que pase el arte. La curaduría me sirve para poder entender atmósferas, pero sobre todo, para producir consecuencias estéticas que correspondan y se pregunten por su propio caminar. Caminar como práctica curatorial, es poner en crisis constantemente, todos los discursos vigentes (5).

3. Producir conocimiento desde lo cotidiano

Para la investigación del cotidiano no hay una meta específica, sólo basta con estar atento al acontecer de cada día. Para la producción en sitio de obra y de procesos de investigación artística, como los que acompaño desde el The Lab program-Art-Research & Mobility Network , el cotidiano es la materia prima de trabajo (6).

Caminar en el espacio urbano junto con los residentes invitados es una sugerencia a aprender a sentirnos vulnerables dentro del espacio mismo, el tiempo para la contemplación se ve reducido casi siempre a la acción de los pasos sobre el concreto.

En la Ciudad de México, la práctica del andar resulta mucho más compleja que en otros lugares. La sobre estimulación sensorial que uno vive al caminar por esta ciudad resulta al mismo tiempo interesante y aterradora. Para los artistas con los que trabajo, caminar en la Ciudad de México también consiste en aprender una nueva habilidad de multi-tasking sensorial. Así los sentidos aprenden a trabajar juntos para estar alerta y para pensar en conjunto. Intentar entender el territorio, el contexto y el cotidiano de una ciudad saturada de estímulos sensoriales y de peligros socialmente complejos ayuda a reconocer en cada uno de los residentes los limites personales propios, las vulnerabilidades y la manera en la que están entendiendo y ordenando su propio bajaje de saberes y métodologías artísticas.

Sin ser espectadores, ni ser etnógrafos, los artistas invitados y yo, trabajamos poco a poco en reconocer el territorio desde una perspectiva personal y afectiva. El trayecto de una caminata, cualquiera que sea, sirve para reconocer un espacio físico, pero también para reconocernos a nosotros mismos desde ese espacio. La relación topográfica de lo cotidiano se deposita en la experiencia del cotidiano sobre cada uno de nosotros; sobre sus particularidades es que podemos extraer entendimientos y entramar ciertos ordenamientos de subjetividades.

Las preocupaciones personales de cada uno de los artistas y los trayectos espaciales y epistemológicos que recorremos juntos, se materializan en procesos de investigación y algunas veces en obra finalizada. Aúnque los límites de la práctica artística como investigación son difusos, es en esta confusión donde encuentro la mayoría de mis intereses como curadora, investigadora y artista.

Aunque que cada investigación, y cada artista tienen intereses diferentes, algunas caminatas se repiten, igual que algunas rutinas. En este proceso de re-escritura he aprendido a cambiar la lógica de diferentes métodos de investigación. En vez de generar procesos de investigación que se preocupen por generar discursos, me interesa usar a la caminata como un proceso que permita a los artistas invitados pensar su propía producción como una posibilidad transcursiva, inevitablemente asentada en el cotidiano y en donde sus propias preocupaciones artísticas pueden encontrar un sitio de negociación por el cual transcurrir.

El ejercicio de entrada, a travesar el cotidiano o transcurrir en él, parece algo fácil de hacer. Lo cotidiano suena mundano, pero cuando alguien se somete a esta apertura y atención, es difícil no sentirse perdido. Poner atención al cotidiano es aprender a vaciarse y el vacío nos causa pavor. Lo interesante durante el laboratorio sucede cuando se ensamblan contradicciones y se reconocen vulnerabilidades. Cuando el diálogo entre la ciudad de México, las preocupaciones personales de cada artista invitado, y el trayecto de éstas, se materializan en procesos de investigación y obra. Estos límites casi siempre son difusos, esta confusión es la que más me interesa.

El texto nace como parte de una investigación que estoy realizando a través de un laboratorio de producción e investigación artística con base en la Ciudad de México. The Lab Program-Art Research & Mobility Network(2017) es un programa de arte-investigación y movilidad artística, que trabaja en colaboración con algunos espacios independientes de arte en la ciudad, con la finalidad de intercambiar saberes, desarrollar metodologías e incentivar la producción de investigación hecha para sitio, tomando como pretexto la Ciudad de México.


1 El andar pone también de manifiesto las fronteras interiores de la ciudad, y revela las zonas identificándolas. De ahí el bello nombre de Walkscapes, que define muy bien el poder revelador de esta dinámica, poniendo en movimiento todo el cuerpoel individual, pero también el socialcon el fin de transformar el espíritu de quien a partir de ahora ya sabe mirar. Un propósito como éste conlleva un auténtico posicionamiento político”—en el sentido primordial de la palabra, un modo de considerar el arte, el urbanismo y el proyecto social a una distancia igual y suficiente entre ellos, con el fin de dilucidar con eficacia estos vacíos de los que tanta necesidad tenemos para vivir bien. (véase Careri, Francesco/ Pla, Maurici, (2014): Walkscapes. Barcelona: Gustavo Gili. 16)

 

2 „De sanaciones a curadurias (…) pienso que si como personas del común, nos gustaría que nos curaran el territorio y que el territorio nos curara a nosotros; que el lugar donde vivimos nos sanara el devenir de nuestra gravedad, ¿con quién podríamos hablar? ¿dónde deberíamos ir? () Desde nuestro sentir, o en nuestra forma de trabajar el arte, no concebimos la curaduría a partir de las obras o desde una posición únicamente selectiva, representativa o discursiva en relación a una problématica concreta.(Montenegro, Adrián/ Obando, Jennys (2019): Ver para Creer: Ilusión Sospecha y desencanto. Un proyecto Curatorial de la Compañia para los 16 Salones Regionales de Artistas. Bogotá: Zona Sur. 12)

3 La formacomo formación” y como formulación”, como agenciamiento dinámico, como resultado de un proceso abierto, mucho más impuro y relacional, que convocaría a experiencias y búsquedas producidas en ámbitos disciplinares mucho menos previsibles y tradicionalmente próximos. (Gausa, Manuel (2010): Open. Espacio, Tiempo, Información. Barcelona: Actar. 35)

 

4 El Mapa no es el territorio”, para mí, la obra de arte no es la galería, ni el museo, sino los contextos donde ésta deambula, la ruta por donde pasa.

 

5 Entre lo cotidiano y lo extraordinario. Pantallas y entornos, parajes y paisajes, escenarios y acontecimientos se superponen hoy en experiencias simultáneas y solapadas: constantes saltosde ubicación – y de escala entre medio físico e información virtual.(Gausa, Manuel (2010): Open. Espacio, Tiempo, Información. Barcelona: Actar. 79)

 

6 El Fil rouge de los diversos objetivos de investigación es su inscripción en lo cotidiano; esto significa que se presta atención a la dimensión del presente vivido, a las diversas formas de socialidad concreta que adquieren forma en la vida de todos los días y a la carga de imaginario que todo esto presupone. En este cuadro el sentido común es un medio privilegiado de análisis de lo cotidiano. () La cientificidad de un estudio no está dictada por el racionalismo y por la rupturaepistemológica, sino por su real inscripción en la experiencia. Esta inscripción en la experiencia y en el flujo de lo vivido es una constante que atraviesa las reflexiones metodológicas en las diversas investigaciones; para tal propósito se puede hablar del situacionismo metodológico de Maffesoli (Le Queau (1997)), según el cual cada acción, y cada objeto, posee una inteligibilidad inmanente que debe ser cultivada de vez en vez por parte del investigador.“ (Grassi, Valentina (2007): La investigación en el Centro de Estudios sobre lo Actual y lo Cotidiano. URL:

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-143520… (22.6.2020)

 

7 En cinemática, trayectoria es el lugar geométrico de las posiciones sucesivas por las que pasa un cuerpo en su movimiento. La trayectoria depende del sistema de referencia en el que se describa el movimiento; es decir el punto de vista del observador.


Referencias:

Careri, Francesco/ Pla, Maurici, (2014): Walkscapes. Barcelona: Gustavo Gili.

Gausa, Manuel (2010): Open. Espacio, Tiempo, Información. Barcelona: Actar.

Grassi, Valentina (2007): La investigación en el Centro de Estudios sobre lo Actual y lo Cotidiano. URL: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-143520… (22. 6. 2020)

Montenegro, Adrián/ Obando, Jennys (2019): Ver para Creer: Ilusión Sospecha y desencanto. Un proyecto Curatorial de la Compañia para los 16 Salones Regionales de Artistas . Bogotá: Zona Sur.

Stalker. Laboratorio darte urbana. Roma

URL: https://digilander.libero.it/stalkerlab/tarkowsky/manifesto/manifesting… (22. 6. 2020)

 


Biographie:

Valeria Montoya | Nacida como Mujer, Latina, Mexicana (1983)

Sitúa su práctica cultural entre las intersecciones de la investigación artística, la autopublicación y los enfoques curatoriales que priorizan la producción de conocimiento basado en investigaciones colaborativas y hechas para sitio. En 2017  fundó The Lab Program: Red de Arte e Investigación y Movilidad Artística, con base en Ciudad  de México, como un espacio para desarrollar una comprensión artística de los entrelazamientos culturales en los que navega la cultura mexicana contemporánea.

Aún sigue aprendiendo a caminar.

Publica en: @PotentA

Investiga en: @thelabprogram

Escucha y habla en: www.mixcloud.com/caminarse/